Cómo llegar. La compañía Air Europa (www.aireuropa.es) opera vuelos diarios entre Barcelona y Nueva York en código compartido con Delta. + info. www.nycgo.com
Texto. Alberto González / Destinos
Como le ocurre a París o a Londres, Nueva York es inagotable. No importa si recalamos en ella un solo día o si nuestra visita es de una semana; siempre le diremos adiós con la sensación de dejarnos cosas en el tintero. Aunque peor aún es marchar con la idea (errónea) de que Nueva York es Times Square, la Estatua de la Libertad y el Empire State. Por eso, sea poco o mucho el tiempo de que dispongamos, lo mejor es pasar por encima de tópicos y hurgar en la autenticidad de esta mítica urbe, probablemente la más cosmopolita del mundo.
Puede hacerse por libre, mapa y GPS en mano (lo que garantiza anécdotas, improvisación y, seguramente, algún que otro momento de histerismo), o ponernos en las manos de unos guías profesionales: existen multitud de tours organizados, pensados para ofrecer al turista una visión general (pero no por ello menos completa) del lugar. Uno de los más populares es Contrastes de Nueva York (www. seeusatours.com), de cuatro horas y media de duración, que se realiza íntegramente en español.
Este recorrido parte rumbo a Harlem, cuna del jazz y meca de la cultura afroamericana durante más de cien años. Algunos lugares representativos de este barrio –que está recuperando el estatus cultural y artístico que tenía antes de la Gran Depresión– son el Cotton Club y el Teatro Apollo.
Continuando hacia el norte de Manhattan se aterriza en el Bronx, el distrito de la salsa, lugar de nacimiento de Jennifer Lopez y donde viven los jugadores mejor pagados del equipo de los Yankees. Una de las paradas obligadas es, precisamente, el estadio de este equipo, además de la comisaría donde se rodó la película Fuerte Apache, en la famosa avenida de Grand Concord, o la zona de South Bronx, donde abundan los grafitos y los recuerdos en honor a pandilleros fallecidos en peleas callejeras.
La ruta podría seguir en dirección a Queens, el distrito más extenso. Cruzando el puente Whitestone uno se adentra en la zona residencial de Malba, famosa por sus impresionantes mansiones. También hay que detenerse en el parque de Flushing Meadows Corona, donde se rodaron películas como Men in Black o Come to Ame- rica. En este mismo lugar se encuentra el estadio de los Mets (Citi Field), el USTA Billie Jean King National Tennis Center (sede del Abierto de EEUU) y el Museo de Queens, donde se halla The Panorama of the City of New York, una increíble maqueta de 900 metros cuadrados.
Dejando atrás Queens se llega hasta Brooklyn, que esconde el barrio judío de Williamsburg, considerado la se- gunda comunidad ju- día ortodoxa más grande del mundo. Resulta fácil apreciar –en cada pequeño detalle– el cambio de cultura, idioma, religión y costumbres. Desde este barrio también pueden hacerse algunas de las mejores fotos del skyline de la ciudad, así como del antiguo puente de Brooklyn, donde se han fil- mado cientos de videoclips y películas como Godzilla, Gangs of New York o Soy leyenda.
Pero es cruzando otro de los puen- tes más famosos del mundo –el de Manhattan– que se alcanza Chinatown, lugar de residencia de gran parte de los ciudadanos asiáticos, y un buen enclave para comer (siempre que gusten las especialidades orientales) o comprar productos de imitación en al- gunas de las tiendas o los almacenes ilegales. Toda una aventura.